Comercialización y gestación del “mercado de lo sagrado” en la sierra mazateca de Oaxaca. Algunas consideraciones históricas
Osiris García Cerqueda
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El consumo de hongos psicoactivos entre la población mazateca forma parte de una práctica tradicional. La “velada”, como también se conoce a esta forma de sanación espiritual, requiere de la conjugación de varios elementos rituales que en su conjunto permitirán el acceso al mundo de lo divino.
La velada se realiza por la noche debido a que es un momento en el que es posible construir un ambiente de armonía y tranquilidad, además de evitar que lo que ahí acontezca sea escuchado y que la identidad de los partícipes se mantenga desconocida. Desde luego que pueden existir ciertas variaciones de acuerdo con la propia consideración del chjota chjine (los sabios y sabias mazatecas), ya que hay quienes prefieren que el ritual se realice durante el día.
En la velada, la función del sabio o la sabia (chjota chjine) es sumamente importante; su experiencia, sus conocimientos y su capacidad de interpretar los mensajes del mundo divino permiten hallar la sanación del enfermo y la solución a sus problemas; se descubre el origen de sus males, ya sean por causa natural, por encantamiento o por brujería.
El respeto que los mazatecos le otorgan a los “honguitos” es por sus grandes cualidades de sanación, pero también porque estas mismas pueden tornarse “riesgosas y peligrosas” (Rodríguez, 2017). Es por ello que los hongos son sagrados, porque curan y brindan conocimiento, pero también porque sus enseñanzas pueden ser severas.
En los últimos años, Huautla de Jiménez se ha posicionado nuevamente en la mira de las sociedades modernas. El uso terapéutico de los hongos y, en particular, de la psilocibina en ellos contenida, forma parte de los debates que atañen tanto a científicos de la salud, como a académicos y sociedad civil. En ese sentido, el objetivo del presente artículo es el de presentar las condicionantes económicas, políticas y sociales que conllevan a la gestación de lo que se plantea como un “mercado de lo sagrado”.
La problemática de la comercialización de los hongos psilocibios y las veladas en la sierra mazateca no es un hecho fortuito. Su comprensión requiere de un estudio histórico que nos dirige temporalmente al último cuarto del siglo XIX, momento en el que las dinámicas económicas globales ejercieron presión sobre lo local mediante la formación del Estado liberal y el desarrollo de una agricultura capitalista.
El origen del “mercado de lo sagrado” es algo que puede resultar difícil de rastrear; no obstante, existen dos momentos históricos en los que su práctica experimentó una mayor celeridad: el primero, durante la formación del mercado cafetalero a finales del siglo XIX, y el segundo, en los años sesenta, tras el arribo de extranjeros a la región.
¿DE DÓNDE VINO EL MAL, DE DÓNDE VINO LA ENFERMEDAD?
La vida en la sierra mazateca no sería la misma sin una taza de café. Es parte esencial en la dieta de la población y, porqué no, también un gran revitalizante después de una velada con hongos psilocibios. Por este y otros motivos, durante muchos años la agricultura cafetalera dotó de beneficios económicos a la población, pero también fue el motivo de disputas entre miembros de la comunidad. El asesinato de Erasto Pineda, el 3 de junio de 1962, da cuenta de ello.
Su producción en la región data del último cuarto del siglo XIX, momento en el que el régimen porfirista buscó la formación de nuevas regiones económicas a partir de la adjudicación de tierras comunales y la fundación de fincas cafetaleras (Almazán, 2020). A su vez, esto implicó el fortalecimiento de una oligarquía local y la configuración de un campesinado cafetalero.
¿De qué forma la agricultura del café, los hongos psilocibios y las veladas están vinculados dentro de un mismo proceso histórico? De acuerdo con la narrativa local, la venta de los hongos sagrados es una problemática que se originó en los años sesenta con el arribo de extranjeros a la región, en el periodo popularmente conocido como “tiempo de hippies”.
No obstante, las escasas fuentes que refieren su ejercicio antes de la primera mitad del siglo XX, no permiten identificar el momento exacto de su configuración. La comprensión del proceso requiere considerar que la venta de hongos es una práctica que la población de la sierra mazateca ha ejercido históricamente, y que no es ajena al desarrollo del mercado que se configuró tras el establecimiento de la agricultura cafetalera.
La introducción del café en la sierra mazateca a finales del siglo XIX responde a los intentos del Estado por construir nuevas regiones económicas; en ese sentido, la vinculación de lo global con lo local implicó el aumento de la celeridad en las relaciones sociales y comerciales. El fortalecimiento del mercado regional ha conllevado a que muchos elementos naturales asuman la condición de mercancías. Así mismo, los vínculos entre la población local y los procedentes de otras regiones se fueron flexibilizando, lo que permitió mejores relaciones comerciales. Sin estas condicionantes, el arribo de los extranjeros y el desarrollo de sus investigaciones en la sierra mazateca difícilmente se hubieran podido realizar.
Los casos de los investigadores Robert Weitlander, Richard Evan Schultes y Blas Pablo Reko, así como Jean Bassett Johnson (Wasson y Kramrisch, 1992; Glockner, 2012), que en la década de 1930 se adentraron en la sierra mazateca, dan cuenta de la actitud cooperativa de la población. A estos se suma el caso de Victoria Pike y Florence Hansen del Instituto Lingüístico de Verano (ILV), quienes desde mediados de los años treinta se establecieron en Huautla. Independientemente de la disparidad entre creencias y prácticas religiosas con ellas, la población siempre mantuvo una postura de aceptación y tolerancia.
Ahora bien, uno de los primeros informes que manifiesta el comercio de hongos y de los elementos rituales utilizados en la velada, es el realizado por Florence Cowan (1946), quien refiere que estas transacciones económicas formaban parte de la cotidianidad de la población. Para el periodo en el que Cowan realizó el estudio, este tipo de comercio tenía como objetivo facilitar el acceso a los hongos a las personas que buscaran la sanación. En ese sentido, el dinero que se ganaba no era más que un pago que remuneraba las labores de las personas que participaban, desde la recolección hasta su fin último en la velada.
EL DESCUBRIMIENTO DE LOS HONGOS SAGRADOS: UNA CONTINUIDAD HISTÓRICA
Desde un principio, las intenciones de Wasson por viajar a la mazateca estuvieron guiadas por la experiencia de los investigadores que en los años treinta se adentraron a la región. A esto se suma la vinculación que estableció con otras personas que le proporcionaron información sobre el uso ritual de hongos en México, tal como lo hizo con Robert Graves en 1952 (Glockner, 2012). Su afán por realizar una expedición a la región se consolidó tras intercambiar información con Victoria Pike, del ILV, quien de primera mano le confirmó su existencia y su uso ritual entre los mazatecos (Benítez, 1989).
El arribo de Wasson a la sierra mazateca y el encuentro con María Sabina es un acontecimiento sumamente conocido. No obstante, no hay que perder de vista las condicionantes que permitieron este acercamiento del extranjero al mundo ritual mazateco; por ejemplo, el respaldo que ciertas personas de la oligarquía local brindaron a Wasson y a muchos otros investigadores y curiosos.
La afición que Wasson sintió por el mundo espiritual mazateco forma parte de una continuidad histórica iniciada en los años treinta, la cual desde una perspectiva mucho más global responde al interés de las sociedades occidentalizadas por hallar en los saberes mazatecos la solución a los padecimientos de la modernidad y del tiempo capitalista. Este es un proceso inacabado y de actual pervivencia que ha logrado trastocar las dinámicas de la población en la sierra mazateca, y cuyas principales manifestaciones son las disputas por la administración de la cultura local.
EL MERCADO DE LOS HONGOS SAGRADOS Y LAS VELADAS: EMERGENCIA Y EXISTENCIA
¿Quiénes son los culpables de la comercialización de los hongos psilocibios y las veladas? Son varias las opiniones que atribuyen la responsabilidad de esta problemática a Gordon Wasson y a María Sabina; a los hippies que “anduvieron desnudos en Puente de Fierro”, y a los pobladores que “por unos pesos vendieron lo sagrado”.
Ante ello, cabe plantear que lo relevante de este proceso no es en sí misma la búsqueda de culpables, sino la identificación de las condiciones que conllevaron a que este comercio saliera de las lógicas comunitarias y pasara a formar parte de dinámicas económicas más complejas.
El análisis del proceso permite también visualizar una población históricamente fragmentada, inmersa en conflictos por la tierra y la caficultura, por la administración del ayuntamiento municipal, y en los últimos años, por el mercado de los hongos psilocibios y las veladas. Por lo cual, la llegada de Gordon Wasson y lo que aconteció tras la divulgación de sus hallazgos en la mazateca, como lo fue el arribo de hippies a la región, no fueron en sí el origen del problema, sino situaciones que catalizaron la integración de los hongos psilocibios y las veladas a un mercado mucho más global. Las precarias condiciones de vida a las cuales se enfrentaba la población mazateca fueron otro factor que permitió el desarrollo de este negocio, mismo que les garantizó la generación de dinero de una forma rápida y menos desgastante que el trabajo agrícola. El arribo de extranjeros provocó un incremento en la demanda de hongos psilocibios, por lo que su venta se fue encaminando cada vez más hacia la configuración de un sistema que conciliaba las relaciones comerciales con la sacralidad mazateca. Además, las actividades en torno a los hongos y las veladas se fueron configurando como labores económicas, llevándose a cabo de una forma más activa.
Ejemplo de ello es el de los recolectores que, al incrementarse la demanda, se vieron forzados a extender sus búsquedas a lugares a los que anteriormente no accedían, ya fuese por las agrestes condiciones, la lejanía, o por no estar ahí avecindados. Siguiendo esta línea, la ampliación del territorio de búsqueda condujo a que muchos recolectores se vincularan con personas de otras localidades estableciendo nuevas relaciones económicas, viéndose con ello favorecido el crecimiento del mercado interregional. Pero no solo se trató de hongos y veladas, sino también del establecimiento de nuevos vínculos sociales y afectivos, así como del intercambio de creencias entre pobladores de distintas localidades que participaban en este comercio.
Ahora bien, tras su recolección, los hongos eran trasladados a Huautla debido a que era ahí donde estaba la demanda y donde existían personas que mediaban el comercio con los extranjeros. Esta fase del negocio manifiesta una gran disparidad entre las ganancias que cada uno devengaba, siendo el mediador el que mayores beneficios económicos y sociales obtenía. Hay que dilucidar que desde un principio hubo quienes, dada su condición de clase, se posicionaron como intermediarios de un tipo de extranjeros predilectos; aquellos cuyos intereses se enfocaban en la investigación científica y académica de los hongos, las veladas y la cultura mazateca. Para estas personas, el establecimiento de vínculos amistosos y de compadrazgo con personajes de la talla de Gordon Wasson, Fernando Benítez, Gutierre Tibón, Salvador Roquet, Gastón Guzmán, les dotaron de mayor reconocimiento y estatus dentro de la población. En ese sentido, es innegable que las nociones de clase fueron también uno de los factores que coadyuvó en el fortalecimiento de este “mercado de lo sagrado”.
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES
Tras lo abordado, es claro que el proceso que experimentó la población de la sierra mazateca tras la develación de los hongos psilocibios y las veladas es sumamente extenso. Su comprensión requiere del análisis de las distintas perspectivas académicas y sociales que se han encargado de estudiarlo, pero, sobre todo, de los puntos de vista de la misma población en torno a su problemática y su devenir histórico.
Como se ha descrito, la comercialización de los hongos sagrados y las veladas son consecuencia de un proceso que tiene sus inicios en el último cuarto del siglo XIX, y en el que se vislumbra la formación y avance del capitalismo en las regiones indígenas a partir de la formación del Estado mexicano.
Desde una perspectiva local, este es un mercado en el que personas y familias locales participan cotidianamente. Los objetivos son varios, siendo los más comunes el de obtener dinero para cubrir sus necesidades básicas, el reconocimiento como guías e intermediarios de los extranjeros, así como el de su inserción dentro de las estructuras políticas como representantes del pueblo mazateco. A su vez, estas son condicionantes que rigen las contiendas y disputas entre pobladores, las que a su vez encuentran su desahogo en la desacreditación y el desconocimiento de quienes, se dice, “venden la cultura” y “son charlatanes”.
El mercado de los hongos y las veladas debe asumirse como un mecanismo que la población ha buscado para resarcir algunos problemas históricos como el de las escasas oportunidades laborales; no obstante, no hay que omitir que su funcionamiento no es más que un paliativo ante una problemática global. De igual forma, se debe tomar en consideración que este mercado se reconfigura constantemente, asumiendo formas mucho más sutiles, lo que impide su identificación y, también, posibles soluciones que eviten nuevas formas de colonialismo en la sierra mazateca.
BIBLIOGRAFÍA
Almazán MA (2020). Con caña y café. México: El Colegio Mexiquense.
Benítez F (1989). Los hongos alucinantes. México: ERA.
Cowan F (1946). Notas etnográficas de los mazatecos. América Indígena, VI:27-39.
Glockner J (2012). Aquí, allá y en todas partes: trascendencia e inmanencia en el uso de enteógenos. Cuicuilco, 53:283-300.
García O (2014). Huautla, tierra de magia, de hongos... y hippies, 1960-1975. México: BUAP.
Rodríguez C (2017). Mazatecos, niños santos y güeros en Huautla de Jiménez, Oxaca. México: UNAM.
Wasson R, Kramrisch S, Ott J y Ruck CAP (1992). La búsqueda de Perséfone: Los enteógenos y los orígenes de la religión. México: FCE.